Ayer, jueves día 13 de octubre del 2014, asistimos a una
charla en el salón de actos de la facultad de educación de la ULL sobre la
importancia de la tecnología para las NEE. La charla fue dada por el director
del colegio Teófilo Pérez de Tegueste (Tenerife), cuya formación inicial es de
magisterio, con especializaciones en educación especial, logopedia y música. La
charla se centraba en el impacto que tienen las TICS en las posibilidades de
niños con NEE y en como estas son capaces de abrirles nuevas puertas que jamás
hubiesen podido ser abiertas de otra manera.
Me sentí tan identificada con la forma en la que el ponente
exponía el contenido de la charla y como defendía sus ideales que decidí
centrar en ello la realización de este post. Probablemente, este docente marque
un antes y un después en la vida de los niños que han tenido la suerte de caer
en sus manos. Sorprendía la cercanía con la que nos contaba los casos de niños
como Oscar, Aaron o Johanna, quienes actualmente han aumentado su calidad de
vida gracias a la tecnología y al esfuerzo de los profesionales del centro que
han persistido hasta encontrar aquello que realmente necesitaban y han sabido
adaptarlo a sus necesidades.
Durante el transcurso de la charla, uno de los profesores
allí presentes quiso intervenir diciendo que probablemente muchas de las
familias con niños con NEE no posean los recursos suficientes como para poder
hacerse con medios tecnológicos que mejoren su realidad. El ponente dio
respuesta a esta inquietud ejemplificándonos el caso de un niño que con un
simple reproductor DVD portátil de no más de 30 euros ha pasado de no poder
comunicarse a realizar actos de la vida cotidiana por si solo. Muchas veces
consideramos que la tecnología es inalcanzable porque tenemos en mente últimos
modelos con x características y realmente nos olvidamos de que probablemente
existan otros a nuestro alcance que puedan desempeñar la misma función y puedan
suponer un cambio inestimable.
Hay que romper con las barreras que se han ido forjando con
el paso de los años gracias a los prejuicios y al propio desconocimiento.
Tenemos que ser capaces de llegar más allá y de atrevernos a conocer antes de
juzgar e incluso tirar la toalla. Muchas veces las soluciones están mucho más
cerca de lo que las creemos y la clave está allí donde no imaginamos que pueda
estar.
Amanda Amador Hidalgo
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